Cuando se lee «Tres sombreros de copa», comedia escrita en 1932, sorprende por encima de todo la originalidad de una nueva concepción del teatro de humor por parte del por entonces joven autor Miguel Mihura, en una época en que Valle-Inclán y Lorca, entre otros, estaban ensayando nuevas fórmulas teatrales. Humor amable, casi absurdo antes de que se hablase de teatro del absurdo y, sobre todo, denunciador de vulgaridades y comportamientos de la burguesía. Desgraciadamente, la sociedad española no lo entendió así y hasta 1952 no se estrenó esta verdadera joya de la literatura dramática contemporánea.