Érase una vez una vieja bruja, fea y malvada, a quien no le gustaba nada ni nadie, y que apenas salía de casa si no era para ir a buscar setas venenosas. Un día, en un recodo del camino, se encontró una cesta. Dentro de la cesta había un bebé. Asustado por la nariz ganchuda de la bruja, se echó a llorar. Asustada por los gritos del bebé, la bruja huyó a su casa. ¿Y si esta hechicera, a la que no le gustaba nada ni nadie, decidiera volver sobre sus pasos y recogerlo?