UN ACONTECIMIENTO EDITORIAL SIN PRECEDENTES La edición más completa, libre de la censura católica, del gran poema de la mística castellana Una cárcel denigrante fue el lugar donde se concibió, en 1578, Cántico espiritual, uno de los mayores poemas de la literatura occidental. Ahí permaneció encerrado fray Juan de la Cruz por querer reformar la orden de los carmelitas. Su carcelero le facilitó papel y tinta para escribir, así como aguja e hilo con los que el descalzo pudo coser mantas y trapos para fugarse, llevándose el cuaderno con las primeras treinta y una estrofas de las «Canciones entre el Alma y el Esposo» que había compuesto de memoria en la noche de su encierro. Mediante una metáfora erótica, el poema describía una profunda experiencia mística que se vinculaba con la tradición sapiencial hebrea, buscando la comunión con Dios a través del encuentro con la esencia de la palabra bíblica, tal y como habían propuesto Casiodoro de Reina, autor de la primera y prohibida traducción completa de la Biblia al castellano, o fray Luis de León, probable maestro de fray Juan en Salamanca. En esta nueva y reveladora edición, Lola Josa, especialista en el autor, ha fijado el texto a la luz de la mística hebrea sumergida en el poema, enmendando errores seculares de transmisión y proponiendo una revolucionaria interpretación que, libre de dogmas tanto religiosos como filológicos, da una nueva vida al poema y nos descubre un tesoro oculto de referencias, lecturas y desafíos.
La crítica ha dicho...
«De todos los hombres que han usado la lengua española para los fines de la poesía, san Juan de la Cruz es el más grande.»
Jorge Luis Borges «Poesía es voz de lo inefable. A pocos poetas les ha sido dado tener esa voz. En España la tuvo san Juan de la Cruz.»
Juan Ramón Jiménez «¿En qué reside la fuerza de su prodigiosa virtualidad estética que aún hondamente, exquisitamente nos perturba? [...] Es la palabra, el prodigio de la palabra desnuda, en toda su hiriente fuerza de expresión. [...] ¡Velocidad, condensación, desnudez expresiva, prodigio de la palabra en su nitidez original! [...] Quien así escribía, quien podía desarrollar un largo tema con este ímpetu y este refreno, con seguridad clásica y alta llamarada de espíritu, era un perfecto artífice literario.»
Dámaso Alonso «San Juan escribió para sí mismo y para unas monjas. Y esa marginalidad le da una libertad que no tuvo ningún poeta culto de su tiempo. Le da la libertad de mezclar la tradición escrituraria, la tradición popular y la tradición grecorromana.»
Jaime Gil de Biedma «Los místicos auténticos, como san Juan de la Cruz, describen la operación de la gracia en el alma con precisión de químico o de geólogo.»
Simone Weil