A veces son una maravilla y otras veces "vaya maravilla".
Partiendo de una serie de enunciados muy sugerentes y de su propio testimonio, la autora -pedagoga y madre- va desgranando ideas claras, valientes y con corazón, que son de gran ayuda y suponen un extraordinario reconstituyente anímico para padres y madres de adolescentes.
La adolescencia de los hijos es ingrata y encantadora a la vez, pero la mayoría de padres y madres la sufrimos más que la gozamos. A menudo nos asaltan las dudas, los miedos, las dificultades para dialogar con ellos de un modo cercano, para marcarles unas normas claras, para conseguir que nos respeten y nos hagan caso... También perdemos con facilidad los papeles o llegamos al límite de nuestra paciencia y nos dan ganas de tirar la toalla.
Todo esto es muy normal y ocurre en las mejores familias. Sin embargo, si logramos conjugar la autoridad que como padres y adultos nos corresponde, con la ternura que hace falta para alcanzar sus corazones, vamos a sobrellevar y a vivir mucho mejor la adolescencia de nuestros hijos.