Si hubiera que elegir una única cualidad de Asia Dagher (Tannourine 1908-El Cairo 1986), señalaríamos el tesón con el que desarrolló toda su trayectoria profesional, a pesar de sus orígenes humildes y de los escasos conocimientos adquiridos en su infancia. Del amor que sintió por el cine, extrajo la fuerza y la perseverancia necesarias para, primero convertirse en actriz cinematográfica de éxito; y después, llegar a ser productora, actividad en la que se mantuvo hasta el final de sus días. Asia Dagher figura en la nómina de la industria cinematográfica egipcia, acompañada por un grupo de mujeres que, como ella, hicieron del cine su leit motiv; y que, gracias a él, pudieron ser libres, respaldadas, eso sí, por un fenómeno que extendió sus raíces desde la política hasta la cultura y que se conoció con el nombre de nahda o renacimiento, que duró más de un siglo y abrió a Egipto las puertas de la modernidad.