Muchos análisis filosóficos sobre el ser humano parten de las nociones de cuerpo, alma y espíritu como prácticamente evidentes. El profundo y audaz ensayo de Barbaras busca mostrar que es posible cuestionar radicalmente esta evidencia. El hecho primitivo es la inserción en el mundo. Esta pertenencia admite grados y múltiples posibilidades, a la vez que implica una reestructuración radical de la ontología. En el fondo, pertenecer es sinónimo de ser, y no únicamente para la realidad humana. Barbaras explora los sentidos de la pertenencia, y al hacerlo ofrece una sorprendente reivindicación de la importancia de lo espacial y una visión original de la conciencia, el conocimiento y la voluntad.