La persona del líder cobra protagonismo como pilar básico de todo equipo de trabajo motivado, unido y productivo, y muy especialmente en estos momentos en los que el mundo empresarial es tremendamente volátil en un marco social carente de valores trascendentales.
Pero hoy andamos escasos de líderes y, cuando los hay, no ocupan el lugar adecuado en el organigrama. Si queremos cambiar la tendencia de baja calidad humana que se constata en la sociedad, lo conseguiremos por medio de un nuevo modelo empresarial adecuadamente liderado; la empresa será el motor de cambio social si los valores y las habilidades personales se ponen con entusiasmo a trabajar en este proyecto. Una empresa es mucho más que producir o comercializar, pues tiene también un objetivo sociabilizador y de redistribución justa de la riqueza.