Una defensa sin precedentes del poder hispano en el tablero geopolítico mundial.
Pedro Baños invita a toda la comunidad hispana a unir fuerzas para afrontar en posición ventajosa el cambio de paradigma geopolítico y los desafíos de la reconfiguración de poderes en el contexto mundial. Se trata de una visión de largo alcance que levanta las barreras nacionales y proyecta un espacio atlántico igualitario y panhispánico. La idea es construir un ámbito colectivo que permita tener una voz propia, poderosa e influyente en el mundo. De ello depende la futura prosperidad de nuestros países.
A través de la historia y la identidad cultural compartida por todos los pueblos hispanos, Baños arranca desde los Aztecas hasta la independencia de la España ultramarina y los intereses británicos y estadounidenses posteriores, pasando por la leyenda negra, para concluir con el análisis de los propósitos actuales de potencias como China. En la historia y en las raíces del inmenso valor cultural de nuestra diversidad se encuentran los sólidos argumentos de esta propuesta. Una diversidad que es la misma esencia de la Hispanidad. Desde ella es posible crear un proyecto común, marcar objetivos y trabajar por la consecución de una verdadera hermandad de los países hispanos, compatibilizando los intereses particulares de cada nación.
Baños aboga por reforzar estos lazos identitarios que nos unen y deshacer las controversias que nos separan, y nos muestra las iniciativas existentes que trabajan en este sentido desde diferentes ámbitos, como la cultura o la economía, al tiempo que apunta otras que se deberían implementar. El objetivo es llegar a ser una poderosa maquinaria de bienestar para el futuro de todos los países de habla hispana, incluyendo en el proyecto a los lusófonos, unos aliados con quien también nos hermanan intereses comunes.
La Hispanidad se enfrenta ahora al reto de buscar un lugar preeminente en el escenario geopolítico mundial, conquistar su propio espacio a través de alianzas trasatlánticas que permitan afrontar retos más ambiciosos. No podemos seguir a merced de las potencias dominantes, actuales y futuras. Los pueblos hispanos poseemos suficiente entidad en todos los ámbitos, como para constituirnos en la potencia mundial que merecemos ser.