Tras el fallido Putsch de Munich, llevado a cabo por Hitler y sus seguidores los días 8 y 9 de noviembre de 1923, pareció que la tumba política del futuro dictador ya estaba abierta incluso para arrastrar con él al propio movimiento nazi, pero durante el juicio celebrado por estos hechos todo pareció dar un vuelco debido en parte, a las habilidades oratorias de Hitler. Pronto, la alta traición presentada por la fiscalía contra los acusados comenzó a considerarse un acto de heroísmo realizado por patriotas que simplemente buscaban la grandeza de Alemania para lo que tendrían que librarla del yugo y las humillaciones impuestas por el Tratado de Versalles.
En este trabajo indagaremos lo que el destino tenía preparado a una parte de los personajes participantes en aquella fallida intentona golpista tanto antes como después de la toma de poder por parte de Hitler en enero de 1933 y la ulterior formación del III Reich, donde muchos de ellos pasaron a ser piezas clave dentro de su compleja estructura.