La civilización mesopotámica constituye una de las etapas esenciales en el desarrollo de la humanidad: el nacimiento de las aldeas y después de las ciudades, el descubrimiento de la agricultura, la invención de la cerámica y del metal. Los mesopotámicos fueron los creadores de los estamentos sociales; la casa como punto de anclaje de la familia, el templo como residencia del dios, el palacio como centro del poder.