Se ha estado anunciando desde hace años como una catástrofe inevitable. Tras el avance de la ultraderecha en las últimas elecciones europeas, es posible que ese acontecimiento que tanto temíamos se materialice como la continuación de lo que sabíamos que iba a ocurrir y no supimos ni pudimos evitar: a fuerza de esperarlo, no nos enteramos de que ya había llegado.