'El ruido del tiempo' –libro que Ósip Mandelstam empieza a escribir en otoño de 1923 en Crimea y que prosigue en San Petersburgo y Moscú, hasta su publicación dos años después– cubre el arco temporal que corresponde a la infancia y adolescencia del autor. En él, por una parte, hallamos los recuerdos familiares, incluida la compleja relación de Mandelstam con el judaísmo; y por otra, la vida en San Petersburgo, la entonces capital administrativa del imperio zarista a la que la familia se traslada en 1897. Muchas de sus páginas están dedicadas a esta ciudad, cuya geometría marcará decisivamente el imaginario del futuro poeta, así como a captar la tensión irresuelta entre tiempo y memoria en el momento previo a la Revolución que romperá todas las brújulas. A caballo entre dos siglos que son también dos mundos, el joven Mandelstam se confiesa hostil a las epopeyas. No estamos, pese a las apariencias, ante una autobiografía nostálgica.
El autor apenas se autoanaliza, ni le interesa apelar al encanto de una época pasada, más dichosa que los difíciles años en que escribe y publica estas páginas. Habla de su niñez y entorno familiar, de los libros que lo formaron, de la escuela, de algunos encuentros y experiencias decisivas, pero siempre con una distancia irónica. Parece a veces la historia de la germinación de un lenguaje propio, el que Mandelstam desarrollará cuando empiece a escribir versos, curiosamente el año en que finalizan los recuerdos aquí reunidos.
Ósip Mandelstam (Varsovia, 1891 – Vladivostok, 1938), poeta y ensayista ruso, creció en una familia judía en San Petersburgo y vivió los años de la Revolución y el posterior ascenso de la Unión Soviética. Publicó en vida dos poemarios, Piedra (1913) y Tristia (1922), que cambiaron para siempre el panorama literario en lengua rusa. En 1934 fue denunciado y arrestado por escribir un poema satírico contra Stalin. A partir de entonces, vivió unos años de existencia nómada junto a su mujer, Nadiezhda Khazina, durante los que trabajó como traductor y escribió libros infantiles. Cuatro años más tarde sufrió un nuevo arresto y fue condenado a trabajos forzados. Murió en un campo de tránsito cercano a Vladivostok el 27 de diciembre de 1938.